Algunos anuncios como los de un conocido y todavía existente almacén eran tan largos, que ademas de pregonar el nombre comercial y la ubicación del negocio que quedaba por la calle real del comercio, mencionaba una sarta de artículos: Baterías, jabones, agujas, pañuelos, naftalina, telas, lamparas, abanicos, espejos, joyeros, cuadernos, lápices, focos, ganchos, metros, colonias, borradores, reglas, crema nivea, vaselina, relojes, vasos, playeras, vestidos, regalos, ganchos sandinos y hasta el famoso perfume siete machos.
La Voz del Trópico, cuya frecuencia, después arrendó una conocidísima Cadena de Emisores radiales, la que la introdujo ya en lo moderno con otro tipo de tecnología mas de avanzada, se convirtió de hecho en una radio diferente, la cual aprobó en ese entonces se fundador y propietario, el recordado don Gilberto Calderón Vásquez hombre de carácter recio, pero con un sentido de humor muy singular, lo que le valió convertirse en un personaje popular de la región, quien inyecto dinamismo a una emisora hoy inolvidable que imprimió su sello en la historia de la comunicación coatepecana.
En cierta oportunidad un parroquiano le increpo respecto a que la radio no se escuchaba en un departamento vecino de la costa sur, a la qu este director, gerente y propietario contesto graciosamente que por la carretera pasaba de de largo de potencia y por eso no entraba a esa ciudad.
Bibliografía. Castillo, Angel. La Voz del Trópico en el Recuerdo. Revista Cultural Mi Coatepeque. Junio – Julio 2006. paginas 12-14 y 15.
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