Ahora que me acuerdo, sus diestros jinetes en briosos corceles enrollando empedrados y empolvadas veredas. Los ríos llevando su liquido mensaje de espumas. Los acogedores palios de verdes y frescos almendros.
Y eso no es todo ¿Acaso no son preciosas sus lindas gardenias que sonríen, suspiran, besan y caminan? ¿Y a doña Modesta en donde me la dejan? Doña Modesta era la cocinera de “cashé” del Hotel Europa, hacia una su carne curada que cualquier mortal se chupaba los dedos…..Enrique Sass, se chupaba hasta los guantes y el reloj de pulsera.
Coatepeque en todo el tallo de su encanto nos embruja, nos seduce, nos inquieta y hace suspirar. !! Palabra de honor que nos sentimos allá bajo aquel arbolón que tienen Julio López Andrade en su taller oyéndolo platicar sobre la marimba con una fría en la mano….!
Y a su lado, o al nuestro los dos virtuosos José Esteban Lepe, y Natahel Monzón Soberanis. El uno tarareando “Julio Pelón” y el otro “Ahora que me acuerdo….” Julio es apasionado de Tilapa, allá le gusta para peinarse y escuchar “Coatepeque” o “Mis tristezas” de don Elíseo Castillo.
Coatepeque se transparenta fulgido del pasado al presente. En sus mágicos entornos ora el horizonte, ante el suntuoso sudario de su gloriosa historia. Por las venas de Coatepeque navegan parte esencial de la savia de Quetzaltenango. Por eso, sin hurañas, penumbras, llegamos hasta Coatepeque con delectación y amor.
Alvarado Pinto, Carlos Roman . Ahora que me acuerdo. Revista Mi Coatepeque No. 5. Pagina 7.
VIDA EN COATEPEQUE 