El altar de la pasión
es blanco lecho
en la catedral de nuestro amor
que es obra inmensa.
Se agita en el temblor
de un tiempo muerto
un orgasmo extenuante y explosivo
que destroza el pudor y la conciencia.
Un solo cuerpo ardiente y sudoroso
de dos almas que se encuentran
gimiendo de distancia y lejanía
olvidando esa aflicción
que es agonía.
Muerte y vida en cada instante
respirar agitado y delirante
es la entrega total, ¡Determinante!
en la espera del adiós que es la constante.